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Las Cartas de Shamballa
VOLUMEN II, Número 40 Setiembre 30, 1980
AMADO MAESTRO
ASCENDIDO SAINT GERMAIN
Amigos de las
centurias, mientras me siento aquí en mi estudio en el Palacio del Propósito del
Hombre, los abrazo a ustedes y a toda vida dentro del Amor de mi ser… al hacerlo
así les presento una Lección que he dado hace muchos años, la cual
verdaderamente creo que será de inestimable valor en esta hora tan importante en
vuestra evolución.
“Cuando el
discípulo se aproxima con silenciosos, reverentes pies al Templo del Silencio,
encontrará inscripto sobre la entrada las inmortales palabras “Hombre Cónócete a
Ti Mismo”.
“Cuando las
Puertas del Templo del Silencio oscilan ampliamente y él entra en ese Sagrado
Lugar en donde no hay necesidad de palabras, se encuentra a sí mismo sumergido
en un mar de Iluminación y se baña, regocijándose en un mar de fulgente Luz. Su
alma y espíritu son saturados mientras dentro de la Paz de este Gran Silencio él
percibe a la Diosa de la Verdad que quita el Velo de Isis y es revelada a él la
Majestuosa Presencia del Maestro interior. Este Gran Cristo Silente es el
Huésped No Visto dentro de cada corazón. Palpitando con los Poderes de la
Divinidad este Cristo Maestro se para silenciosamente esperando la orden del ser
externo para aparecer y asumir los oficios del Templo”
A aquellos
estudiantes tan ansiosos buscando afuera al Maestro, puedo humildemente
sugerirles que se familiaricen con la Divina Presencia dentro de sus propios
corazones físicos.
En las palabras
de San José permítanme decirles “Yo no soy más ese bebé del Cristo, sino la
presencia Maestra crecida a su plena estatura”. Ustedes pueden hacer rodar la
piedra del sepulcro y sentir esta Presencia como un gigante desencadenado
surgiendo dentro de cada átomo, célula, nervio y tendón de vuestro ser,
estallando dentro del cuerpo de carne, desgarrando en pedazos los lazos de la
creación humana, disolviendo dentro del fino aire el saco de carne como ustedes
lo han conocido y pararse revelado al Triunfante Cristo.
Para ese Cristo
es toda la gloria, toda la obediencia, toda la atención, todo el amor y todo el
servicio aquí abajo.
Zambúllanse
profundamente dentro de la Verdad de lo que hay en este Mensaje y entrarán el
Corazón de la Libertad.
Vuestro Amigo
SAINT GERMAIN