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Clase de Asimilación y Expansión

Señor Príncipa

Febrero 4, 1990

¡A través de la oscuridad del entendimiento humano, aparece una Gran Luz! Es la Luz del Divino Principio de Dios – ese que siempre ha sido y por siempre será. 

El Divino Principio es la Primera Llama de Vida – esa Llama que aparece en el vacío – en la oscuridad que precede a toda creación. 

Profundo, profundo en el silencio del alma, existe esa luz. Profundo dentro de los huecos de la mente y del corazón, esta Luz aparece como la más diminuta Llama – una mera chispa de Luz. Con la atención sobre ella, crece y se expande en volumen, en intensidad y en alcance, porque ante la Luz, como todos saben, toda oscuridad se desvanece y no es más. 

Esta Luz, luego, precede a todas las Luces menores que siempre han agraciado al universo, no importando cuán grandes hayan sido las mismas. Todos los Soles, sus estrellas y galaxias – universo tras universo -  y todas las manifestaciones de Luz que me han contado los habitantes de planetas sobre los grandes eventos que pronto tendrán lugar, tal como la Estrella de Sanat Kumara para la gente de Venus, y la Estrella de Belén para la gente de la Tierra, han emergido de la Única luz, porque Dios Padre y Madre – es Principio. 

A este Principio, luego, todos debemos retornar y debemos preguntar “¿Cuál es el Divino Principio involucrado aquí?” Esta cuestón debe ser preguntada y la respuesta, una vez recibida, sólo debe ser adherida sin falta, para crear algo de valor duradero. 

Pregunten entonces esta cuestión de Dios dentro de ustedes, porque el Divino Principio mora dentro del corazón de toda creación y no hay nada creado que no lo contenga. 

Ustedes, entonces, son la fuerza directriz dentro de vuestra esfera, porque toda esa esfera se ha expandido desde el Centro Corazón en el cual esta Gran Luz apareció primeramente. Ustedes no pueden ser la excepción a esta ley. Vuestra esfera de influencia es toda una galaxia propia, co-existiendo en un universo de universos. Por la misma naturaleza de la creación ella les provee a ustedes esta Luz. Dentro de ella, ustedes deben funcionar. 

¿No es esto maravilloso? Piénsenlo. 

Señor Príncipa

 

 

 

 

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