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A lo Largo del Sendero

Serapis Bey

Con el propósito de instruirlos, quiero explicar acerca de la natural emanación del sonido musical que forma la música de las esferas. Toda corriente de vida que pertenece a este Universo, que ha logrado la victoria de la Ascensión y cada Ser Cósmico y Presencia Maestra, es un factor contribuyente a este mar de música que, como música en sí misma, forma la atmósfera de las Octavas de Luz. La Amada Presencia “YO SOY” de cada ser no ascendido también vierte su paricular llave tonal dentro del plano en el cual funciona, antes de la Ascensión del ser externo. 

Es desde este mar de luz que los Maestros atraen las exquisitas melodías que ellos focalizan a través de los Templos de Música bajo la dirección de los Seres Angélicos que las amplifican mediante su propia vida y las dirigen hacia ciertos compositores en la Tierra, quienes son dignos de más que ordinaria inspiración y asistencia. Ellos también la dirigen hacia los artistas que han desarrollado (a través de siglos de dedicación al Espíritu de la Música) la sensibilidad en las corrientes espirituales que pudieran fluir a través de actividades específicamente musicales (óperas, etc.). Esta gente es lo suficientemente afortunada para que se le permita entrar por la noche, en sus más finos cuerpos, en alguno de aquellos Templos de Música, mientras su cuerpo físico duerme. Las gloriosas melodías de los más elevados planos, así “bajadas” por esos buenos hombres y mujeres, son el resultado de este esfuerzo en el cual, Yo mismo, estoy extremadamente activo. 

Cuando un compositor, (por ejemplo Wagner), elige las melodías de un Templo de Música, usualmente alguno de los Maestros que está allí dirige su rayo personal hacia la mente del compositor, esforzándose para permitirle a ese compositor construir una historia compatible alrededor de la música. Ustedes ven, el estado de desarrollo del  cuerpo interno, que es el recipiente recibe la impresión de la historia, y el desarrollo del cuerpo emocional que es el recipiente de los sentimientos y tema de la música, contribuirán grandemente al resultado final. Algunos compositores hicieron cosas maravillosas con las interpretaciones musicales pero fueron incapaces de recibir claramente las direcciones mentales con respecto a la “historia” de la ópera y la “historia” resultante no fue verdaderamente representativa del tema de la música. 

En el caso de las composiciones de Wagner, tuvimos la asistencia de este cuerpo mental y así todas las iniciaciones místicas fueron entretejidas a través de su trabajo. Por supuesto, ustedes están familiarizados con el hecho de que la insignia de los Caballeros de la Mesa Redonda fue el Cisne, que representa al iniciado – capaz de remontarse a través del aire, dominar el elemento emocional del agua y, a través de las particulares facultades del Cisne (cuello largo y agudos ojos) traspasar el agua y descubrir también los elementos de lo “profundo”. Una y otra vez Wagner usa al cisne como un símbolo de las místicas iniciaciones. La antigua mitología Escandinava nos cuenta cómo los nobles de esa edad cantaban su “Canto del Cisne”. Hoy la gente la interpreta como el reconocimiento a la falla, defecto y sumisión al destino, pero en aquellas primeras edades al “grande” le fue permitido cantar la “Canción del Cisne” cuando las batallas de la Tierra finalizaban – para significar que ellos habían comenzado a ser Iniciados y estaban concientemente ascendiendo de la limitación de la “materia” a una nueva libertad. 

Cuando una ópera es cantada, la cualidad o virtud que es su tema predominante es grandemente amplificada por el Templo de la Música y sus asistentes, y desde el foco central donde tal música es presentada, los Ángeles Devas, las Huestes de Querubines y Serafines dirigen y con frecuencia transportan la elevante armoniosa energía de esa ópera mientras es ejecutada, hacia la ciudad, estado, nación y sobre toda la Tierra. Las grandes construcciones (casas de óperas, etc.),  desde las cuales han sido ejecutados y cantados los magníficos trabajos de los genios musicales de la raza, están siempre presididas por los Ángeles Devas y Constructores de Forma que cooperan con el Templo Cósmico oficiando en este servicio. 

“Lohengrin” es originalmente la historia de la FE. La aspirante (Elsa) permanece ante la Junta Kármica. Su Sponsor (y rayo gemelo) llega para estar a su lado y darle la asistencia espiritual que ella requiere. Él llega cabalgando sobre la espalda del cisne (poderes místicos, controlados por auto-maestría). Ella debe aceptarlo en su valor, sin curiosidad, y ella lo hace. Luego llega la PRUEBA, durante la cual a Ortrud y Talamund se les permite instilar la duda dentro de su mente en cuanto a la verdadera identidad de su amado. Desafortunadamente ella acepta la sugerencia de duda y pierde el derecho de tener su presencia y ayuda. Lohengrin llama a su cisne y le ordena que permanezca para ayudar a Elsa en una capacidad menor, porque tal es la misericordia de la vida. Sin embargo, ella ha perdido la presencia de su amado (Lohengrin) al menos por un tiempo. 

Así hace cada estudiante permanece un día solo y con solamente la luz en su corazón para guiarlo, debe decidir en la naturaleza de su maestro, no por su nombre, su persona o herencia. En este tiempo, todas las fuerzas de la duda y la incertidumbre se elevan desde dentro y fuera del mundo del estudiante. Este es un momento crucial en la vida de los chelas que han sido elegidos para más que una común asociación con un Maestro de Luz. Si la duda y la inseguridad fueran permitidas para prevenirlos de aceptar eal maestro – así como “Lohengrin” podría haber hecho a Elsa – ese maestro debe apartarse y una menor luz debe comenzar a ser la Presencia Guardiana de la corriente de vida hasta un tiempo después.

 

 

 

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